Para la Cifimad, queríamos ir guapos tanto mi marido cómo yo, así que me decidí a hacerle el disfraz de Meñique, porque simplemente, daba el pego. La perilla, el talante, esos ojillos que parece que no hayas roto un plato...
El duro y temeroso comienzo
Para este cosplay, busqué las telas que creía que más se acercaban al diseño que elegí. Este hombre lleva varios modelos, pero al final me decanté por uno que lleva en la primera temporada. Viendo algunos capítulos, vi algunos detalles que me encapriché para hacerlos, cómo la bolsa y la daga que lleva a la cintura.
Ya me véis, paseando por las tiendas de telas de Madrid con el papelito de marras buscando una tela que me gustara. Al final, encontré un jacquard precioso y una chenilla marrón con toquecitos dorados, todo género de tapicería, que siempre para estas cosas rollo medieval, dan el pego.
La chaqueta molona
Esta parte se me pasó hacer fotos del proceso, cómo viene siendo habitual. Lo sé, soy torpe.
Más o menos os explico lo que hice: desmonté una camisa vieja de mi marido y modifiqué la espalda para hacerle cuatro piezas y alargarla para que quedara la parte baja acampanada.
Las mangas, para hacerlas más bonitas, me bajé un patrón de una manga sastre.
Cuando busco patrones, al final siempre acabo en esta página, y aunque no tiene todos los patrones disponibles en pdf, los que encuentro me hacen el apaño.
La sobrevesta, chaleco o cómo se llame...
La chenilla que cogí era gruesa. Gruesa de narices. Viendo una y otra vez el capítulo dónde se le ve con ella puesta, me di cuenta que no son tiras lo que le colgaban, si no una especie de tablas. La espalda confluía en una especie de unión en la que las tablas se unían casi diagonalmente.
Me las vi negras para que coincidieran, pero una vez lo hacen... ¡quedan tan bonitas!
Mi amigo, el centro de planchado al vapor, me ayudó en la árdua tarea de hacer las tablas y que quedaran perfectas. Para marcarlas lo máximo posible, con un vaporizador con agua, fui rociando para humedecer la chenilla y así quedara una doblez perfecta.
Pintar la sobrevesta
La gracia de la sobrevesta hermosa del señor meñique, son esos puntitos dorados que tiene la tela misma:
Una vez pintado, volví a planchar (poniendo entre medias de la plancha y el género una hoja de papel de horno, por si las moscas).
La camisa interior, el toque elegante
Fijándome en las fotos y en los fragmentos de vídeo que vi, me di cuenta que lleva una especie de camisa larga, atada con lazos, que viene siendo cómo la "ropa interior".
El resultado molón, de mi señor esposo con la chaqueta abierta, y con la vestimenta casi al completo.
La daga, la bolsa y el premio :D
Cuando sugiero que mi suegro es un as con la madera, no lo digo en balde. Tal y cómo busqué fotos de la daga (que jodida de encontrar, leñes), le fui dibujando sobre la madera cómo quería que fuera, el pomo de abajo, la empuñadura con la espiral, la guarda...
De la bolsa, tampoco hay fotos del proceso, pero quedaba tope chula colgada.
¡Ganó un premio!
Recientemente, nos animamos a participar en el concurso de pasarela de cosplay de la Japan Weekend de Febrero de 2015, y para mi sorpresa, mi señor esposo ganó :3
Es uno de los premios más molones que me han dado hasta el momento y me llenó de orgullo verle recogerlo. Y con ese pedazo de premio, compramos cositas para el peque que venía en camino ;)
Ya me véis, paseando por las tiendas de telas de Madrid con el papelito de marras buscando una tela que me gustara. Al final, encontré un jacquard precioso y una chenilla marrón con toquecitos dorados, todo género de tapicería, que siempre para estas cosas rollo medieval, dan el pego.
La chaqueta molona
Esta parte se me pasó hacer fotos del proceso, cómo viene siendo habitual. Lo sé, soy torpe.
Más o menos os explico lo que hice: desmonté una camisa vieja de mi marido y modifiqué la espalda para hacerle cuatro piezas y alargarla para que quedara la parte baja acampanada.
Las mangas, para hacerlas más bonitas, me bajé un patrón de una manga sastre.
Cuando busco patrones, al final siempre acabo en esta página, y aunque no tiene todos los patrones disponibles en pdf, los que encuentro me hacen el apaño.
La sobrevesta, chaleco o cómo se llame...
La chenilla que cogí era gruesa. Gruesa de narices. Viendo una y otra vez el capítulo dónde se le ve con ella puesta, me di cuenta que no son tiras lo que le colgaban, si no una especie de tablas. La espalda confluía en una especie de unión en la que las tablas se unían casi diagonalmente.
Me las vi negras para que coincidieran, pero una vez lo hacen... ¡quedan tan bonitas!
Mi amigo, el centro de planchado al vapor, me ayudó en la árdua tarea de hacer las tablas y que quedaran perfectas. Para marcarlas lo máximo posible, con un vaporizador con agua, fui rociando para humedecer la chenilla y así quedara una doblez perfecta.
Pintar la sobrevesta
La gracia de la sobrevesta hermosa del señor meñique, son esos puntitos dorados que tiene la tela misma:
Así que ala, a puntear todos los bordes con pintura dorada para tela. Punto. Punto. Punto...
Una vez pintado, volví a planchar (poniendo entre medias de la plancha y el género una hoja de papel de horno, por si las moscas).
La camisa interior, el toque elegante
Fijándome en las fotos y en los fragmentos de vídeo que vi, me di cuenta que lleva una especie de camisa larga, atada con lazos, que viene siendo cómo la "ropa interior".
Con una tela parecida al tafetán, más bien tirando a forro, le hice la camisa con las mangas extralargas para que se vieran por debajo de la chaqueta. Otra vez, fotos del proceso no hay, pero básicamente era la espalda alargada hasta abajo del todo y dos delanteros iguales para poder cruzarlos uno por encima del otro.
El resultado molón, de mi señor esposo con la chaqueta abierta, y con la vestimenta casi al completo.
La daga, la bolsa y el premio :D
Cuando sugiero que mi suegro es un as con la madera, no lo digo en balde. Tal y cómo busqué fotos de la daga (que jodida de encontrar, leñes), le fui dibujando sobre la madera cómo quería que fuera, el pomo de abajo, la empuñadura con la espiral, la guarda...
De la bolsa, tampoco hay fotos del proceso, pero quedaba tope chula colgada.
¡Ganó un premio!
Recientemente, nos animamos a participar en el concurso de pasarela de cosplay de la Japan Weekend de Febrero de 2015, y para mi sorpresa, mi señor esposo ganó :3
Es uno de los premios más molones que me han dado hasta el momento y me llenó de orgullo verle recogerlo. Y con ese pedazo de premio, compramos cositas para el peque que venía en camino ;)
Este collage de fotos está realizado con las fotos de Álvaro Naranjo Photographer, en las que se ve con detalle la daga terminada y la bolsa.
❤❤❤
No hay comentarios:
Publicar un comentario